Otra Consecuencia de la Revolución Industrial
Hasta mediados del siglo XVIII las personas se dedicaban al cultivo de la tierra, o a trabajar en los talleres artesanales. No podríamos afirmar que todo era felicidad para ellos pero si podemos decir que algo cambió drásticamente luego que los adelantos tecnológicos fueran aplicados a los procesos industriales en la llamada Revolución Industrial.
Yendo hacia atrás en la historia del mundo podríamos preguntarnos el estado de los trabajadores en la antigua Roma. El trabajo duro de los campos era labor de los esclavos, hombres y mujeres que cayeron en esa penosa situación por las guerras. Los ciudadanos romanos eran artesanos y estaban al frente de sus talleres tomando como aprendices a jóvenes romanos de la vecindad.
En la edad media la configuración de la sociedad no cambió mucho. Los esclavos pasaron a ser siervos de la gleba, trabajadores del campo que se encargaban de las tareas mas penosas, y se consideraban parte de las propiedades agrícolas, que pasaban de unas manos a otras con los siervos de la gleba incluidos como parte de ella.
La revolución industrial convirtió los talleres artesanales en fábricas, la producción multiplicó su volumen. Los Estados empezaron a buscar mercados para sus excedentes. ¿Y que pasó con los trabajadores?. De ser vecinos empleados en una taller pasaron a ser incógnitos operarios de fábricas que se centralizaban en las grandes ciudades a donde llegaban las personas con el afán de encontrar empleo en las flamantes industrias y consiguiéndolo o no buscaban la manera de quedarse cerca de los grandes centros laborales.
Si en los talleres de la edad media se trabajaba de sol a sol, pues al inventarse la iluminación artificial las jornadas laborales se extendieron hasta 16 horas por día y los salarios se minimizaron al haber concentración de oferta laboral incluida la de niños pequeños.
La fuerza laboral se pauperizó y esa situación social llevó al nacimiento de corrientes de pensamiento que trataban de explicar el fenómeno y de corregir sus falencias. El liberalismo, el comunismo y luego la Doctrina Social de la Iglesia. Y los trabajadores empezaron a organizarse para defender sus derechos más elementales. Así nacen los sindicatos de trabajadores.
En Argentina la primera agrupación de trabajadores se creó en 1857 "La Sociedad Tipográfica Bonaerense". Para 1878 ya convertidos en la "Unión Tipográfica Bonaerense" llamaron a la primera medida de fuerza del movimiento obrero organizado. Sus exigencias eran:
- que no disminuyan los salarios
- que la jornada se reduzca a doce horas
- que no se permita trabajar a niños menores de doce años.
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